Cuando en mi curso para "Aprender a vivir mejor" me preguntaron a qué edad volvería, yo , la benjamina del curso, contesté, por una vez sin dudar, que a los 16, cuando me preguntaron porqué, por segunda única vez sin cuestionarmelo, contesté que porque todo era divertido, algo increible para alguien que cree que el secreto de la felicidad está en no preocuparse por nada y que se cuestiona todo mil veces porque si no no es feliz, y porque por aquel entonces eramos 4 en mi casa, sin recordar lo malo que a veces tenía aquella combinación.
El otro día volví a vivir en un escenario de los 16, el Charlot, sin teatro y con escena nueva, y con gente que conocí poco antes de los 16. Y mi yo de ahora y sus sus de ahora reímos sin recordar los viejos tiempos, contándonos que hicimos ayer, porque los amigos no se ponen nunca al día, sino que se habla del ahora, y haciendo planes de futuro para ver cosas raras, diferentes y nuevas, que en el fondo no volveríamos a hacer.
Sin duda fue diferente de lo que esperaba y en parte mi culpa temía, fue mucho mejor, no hay nada que envidiar 13 años después, y por si había dudas sobre sueño o realidad, sobre propio y ajeno, un mensaje de movil vino a confirmarmelo al día siguiente.
Y si este blog fuera secreto y solo lo leyeran ojos anonimos diría mucho más, porque aún no superé el miedo y a veces me jode tener que dar la razón. Y para algunos de los no anónimos diré GRACIAS a todos los que estuvisteis allí.